#IntegridadFiscal | Puno. Un funcionario público es denunciado por presuntos actos de corrupción. La denuncia aparece en medios locales, y pronto es tratado como culpable ante la opinión pública. Se le aparta de su cargo, su familia sufre el rechazo, y su reputación queda destruida; sin embargo, durante la investigación, el fiscal descubre que todo fue una mentira: la denuncia fue fabricada por un colega resentido por no haber obtenido un ascenso.
Este caso no solo revela cómo una denuncia falsa puede destruir una vida, sino también la responsabilidad inmensa que recae sobre quienes investigan. No toda denuncia es verdad, y no todo silencio es culpa: en el proceso penal, la prudencia y la objetividad no son debilidades, son garantías de justicia.
Omar CHAYÑA
Defensor legal en litigios penales, disciplinarios y vinculados a la ciencia policial
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