Lesiones y muerte: Presunción de inocencia reforzada del policía
«…se debe asumir… que cualquier lesión o pérdida de vida resultante de una acción policial en servicio debe considerarse, en principio, como un incidente de carácter culposo o negligente»
Nos encontramos frente a situaciones sumamente delicadas, especialmente cuando el protagonista bajo investigación es un miembro de la Policía Nacional del Perú que causó lesiones o muerte a un ciudadano.
Es conocido que, al policía se le establece estándares más rigurosos en lo que respecta al control de sus emociones y al uso proporcionado de la fuerza. Estos funcionarios no se consideran ciudadanos comunes; se espera que posean las habilidades necesarias para minimizar cualquier daño infligido a otros en la medida de lo posible. En este contexto, se debe asumir, en primer lugar, que cualquier lesión o pérdida de vida resultante de una acción policial en servicio debe considerarse, en principio, como un incidente de carácter culposo o negligente.
Este alto nivel de exigencia, en el ámbito de su competencia, es también reclamado al fiscal que lleva el caso, y con mayor razón al juez que decidirá la cuestión, quienes tienen la obligación de analizar rigurosamente el caso, y tomar decisiones sustentadas de manera objetiva. Esto es esencial para garantizar que se establezcan los hechos de manera precisa y se evalúen todas las circunstancias que rodean la situación, brindando una base sólida para la toma de decisiones judiciales.
Recordemos que, una decisión judicial, conlleva una serie de factores, como las experiencias previas, competencias cognitivas, especializaciones, entre otros. P. ej. Un juez con especialización en Derecho constitucional, posiblemente, decidirá diferente a un juez sin especialización. El estudio permanente es esencial en cualquier ámbito.
Por otro lado, es crucial destacar el deber de los ciudadanos de obedecer órdenes legítimas impartidas por la Policía. Esto no solo es fundamental para mantener el orden y la seguridad pública, sino también para evitar situaciones potencialmente peligrosas que puedan surgir en caso de desobediencia.
Finalmente, no pasar por alto el deber de los efectivos policiales de proteger a los demás ante un peligro inminente. Esta responsabilidad es esencial para mantener la seguridad y el bienestar de la sociedad en su conjunto, y se relaciona directamente con la confianza y la autoridad que se les otorga a los agentes de la ley.
Estos aspectos son esenciales para comprender la complejidad de los casos que involucran a efectivos policiales y garantizar que se resuelvan de manera justa y equitativa.
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